lunes, 14 de octubre de 2013

Dos horas.

El calor fresco y la expansión infinita del tiempo que duró tu voz que siempre trae buenas noticias y una marea de emociones, de vida. Algunos dirían que es ingenuidad pero es esa capacidad de impresionarte por todo que hace que lo más mínimo sea de extensión infinita, como esas dos horas que me regalaste hoy, donde me detuve, donde hablé pero también pude escuchar un rato. Y tu voz siempre cuenta más de lo que dice, muchísimo más. Es sabia, no tiene dejos de duda. Tu voz convierte dos horas en eternidad e incluso finalizada la eternidad deja algo para la eternidad subsecuente. No escuchar tu voz por tanto tiempo, ¡Qué delirio! ¡Con razón tan perdido y con tanto miedo de parar! Parar dos horas, dos largas horas para descubrir lo que me estoy perdiendo, lo que siempre sé pero que piso con fuerza para que no me ataque y me vuelva incontrolablemente feliz y libre.

viernes, 4 de octubre de 2013

Compuesta.

Terminar pero abrazando. Gozan, los une. Dominios. Su valor con perfección debe llegar. Toca a nuestros poetas. Juventud, elocuencia se promete del amor que aceptará benignamente.