El autoconocimiento debe ser alguna especie de encierro sin claustrofobia. Un algo que va desde el centro de los talones hasta la coronilla. Debe ser algo como saberse de memoria ese punto de la espalda que no llegamos a rascarnos. Conocerse debe ser como imaginarse las entrañas por adentro y no verse como una masa. Debe ser como entender que cada pelo está por algo y que el ancho de nuestros hombros es más grande que el ancho de nuestras cabezas. Autoconocerse debe ser algo así y no toda esa psicología barata de entender por qué tenemos miedo y cuáles son nuestros traumas.
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