No tengo más que esta fe que se escurre de mi cuerpo como una fatalidad, inevitablemente. Ningún sueño duro. Sueños efímeros y a veces inventos míos, que ya no sé si fantasías o delirios. No quiero ni puedo hacer pasar por magnanimidad mi timidez ni por astucia mi silencio. No puedo dejar de confundir deseo y placer. Los limites no son claros ni puedo poner límites a todo el todo que es el todo. Simplemente puedo arrojar una palabra, o un par de ellas, como ahora, para que busques lo oculto y me digas que lo oculto mal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario