domingo, 13 de mayo de 2012
Mientras te veo, esto:
Tu mirada es un orgasmo. Pero no de esos orgasmos vacíos. Cuando uno... cuando yo te miro, no cojo sino que realmente me paso, me voy. Tu mirada penetra raro. No es ese placer vacío de la masturbación, no es esa pequeña explosión, compresión, expansión. Es lacerante, es luz blanca. Penetra fácil, casi imposible de contener, porque es simple, es eso, es lo que veo. No hay tamiz entre tu mirada y el centro de mi pecho, es como no usar protección. Sí, mirarte es una situación de riesgo porque mirarte es como coger sin forro, a riesgo de quedar infectado, a riesgo de volverme adicto, como si tu mirada fuera un gualicho. La razón principal por la cual no puedo parar de hacer el amor con tu mirada es que esta penetra sin fuerza, es decir, no penetra, está ahí, se cruza conmigo y de repente ya está adentro. Siempre ya adentro. Por eso todo es duda, una especie de afición a lo imposible, como si no desearas mi deseo. Sólo es una mirada. A veces... no, todo el tiempo, quiero que tu mirada sea todo lo que creo que es.
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Que lindo es llegar a un lugar, donde sabés que vas a querer volver.
ResponderEliminarTenés post que son tan íntimos y tan universales, que dan ganas de seguir leer y releer.
Un abrazo desde Entre Ríos.
diego!
Alegrome que haya gustado. Un saludo.
Eliminarqué lindo
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