Hay pocas veces en que mis gritos de auxilio son escuchados, y menos aun las veces en que son correctamente interpretados como tales. Cuando decidiste amanecer esta mañana al lado mío sin decir ni hola ni adiós, sin llorar ni reír, sin hablarme pero de alguna manera sin dejar la situación en silencio, sin tocarme pero creando la más absoluta intimidad, sin nada de todo esto y tanto de todo aquello, cuando entendiste que eso, esa nada y ese todo era lo que pedía, cuando entendí que entendiste, ahí, no me quedó más que decirte “gracias”, darme media vuelta y dormirme de nuevo, tranquilo.
cuando entendí que entendiste
ResponderEliminarMe gustan tu poema y esa frase.
un abrazo
Li este texto muitas e muitas vezes. Não consigo mais parar.
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