Promesas.
Cuando una lágrima alegremente busca suicidarse contra el abismo, el abismo soy yo y vos sos la lágrima. No hay nada bueno en esta nada del abismo que soy y nada malo en ese todo de la lágrima que sos. Y es difícil ser abismo porque una lágrima nunca se suicida contra él, siempre pasa de largo. Así que prometeme no ser una lágrima y yo te prometo no ser un abismo.
Cierra terriblemente bien, no tengo más que decir, creo que me llegó todo.
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