Pico, pico y replico
me explico, suplico
y vuelvo al suelo
Pico, pico y simplifico
me aplico, suplico
y vuelvo al suelo
Pico, pico y complico
me implico, suplico
y vuelvo al suelo.
Pico, pico y pico
no suplico
y llego al cielo
jueves, 25 de noviembre de 2010
viernes, 19 de noviembre de 2010
Aviso por altavoz.
"Se les informa a los señores pasajeros que la chicharra no es un adorno del tren, respeten el aviso sonoro, por favor. Muchas gracias."
jueves, 18 de noviembre de 2010
Las palabras del silencio.
Las palabras ya no valen al decir
y es entonces así que
ha llegado el
momento
de
oir
ese algo
y esperar a
que realmente me
rescates las palabras, del silencio
y es entonces así que
ha llegado el
momento
de
oir
ese algo
y esperar a
que realmente me
rescates las palabras, del silencio
lunes, 8 de noviembre de 2010
Mientras jugaba a ser otro.
Mientras jugaba a ser otro apareció el distinto que resultó ser sí mismo mientras yo buscaba en lo de siempre y él buscaba en más de lo propio y me recuerda jugar a mi mismo y ganar en lo que no había que dejar por jugar a ser otro. Por suerte me reconoció propio entre tanta otra personalidad impropia a la que yo jugaba.
jueves, 4 de noviembre de 2010
Discurso referido directo.
"Nada hay más extraño ni más delicado que la relación entre dos personas que sólo se conocen de vista, que se encuentra y se observan cada día, a todas horas, y, no obastante, se ven obligadas, ya sea por convencionalismo social o por capricho propio, a fingir una indiferente extrañeza y a no intercambiar saludo ni palabra alguna. Entre ellas va surgiendo una curiosidad sobreexitada e inquieta, la histeria resultante de una necesidad de conocimiento y comunicación insatisfecha y anormalmente reprimida, y, sobre todo, una espedie de tenso respeto. Pues el hombre ama y respeta al hombre mientras no se halle en condiciones de juzgarlo, y el deseo vehemente es el resultado de un conocimiento incompleto"
Thomas Mann, La muerte en Venecia.
Thomas Mann, La muerte en Venecia.
martes, 2 de noviembre de 2010
Misiva homicida.
Estimadísimo V:
Desconcertado me encuentro tras enterarme de que tras finalizar la lectura de la presente misiva usted estará muerto, esperemos, en un mejor lugar. Desde que recibí la noticia de que su vida pendía en mis manos no pude hacer otra cosa que redactarle esta carta con intenciones de ponerlo al tanto. Aun más desconcertado me encuentro, ya que me lancé sin ser consciente del trágico destino que el desenlace de la misma tendría sobre su vida. Es así que sólo me queda el compromiso de extender todo lo que sea esta misiva quizá dandole un minuto más de vida, un beso más, otra bocanada más de humo de su cigarro, una gota más de vino. Por desgracia mi queridísimo V, sabrá usted comprender, la extensión nunca ha sido lo mio. Espero que sepa disculpar a éste tosco escritor de versos, a este enamorado de su brevedad. Y es que verá; lo bueno breve, bueno dos veces, dicen. Espero no me guarde rencor, pero un escritor debe siempre cuidar su estilo.
Con cariño,
Y.
Desconcertado me encuentro tras enterarme de que tras finalizar la lectura de la presente misiva usted estará muerto, esperemos, en un mejor lugar. Desde que recibí la noticia de que su vida pendía en mis manos no pude hacer otra cosa que redactarle esta carta con intenciones de ponerlo al tanto. Aun más desconcertado me encuentro, ya que me lancé sin ser consciente del trágico destino que el desenlace de la misma tendría sobre su vida. Es así que sólo me queda el compromiso de extender todo lo que sea esta misiva quizá dandole un minuto más de vida, un beso más, otra bocanada más de humo de su cigarro, una gota más de vino. Por desgracia mi queridísimo V, sabrá usted comprender, la extensión nunca ha sido lo mio. Espero que sepa disculpar a éste tosco escritor de versos, a este enamorado de su brevedad. Y es que verá; lo bueno breve, bueno dos veces, dicen. Espero no me guarde rencor, pero un escritor debe siempre cuidar su estilo.
Con cariño,
Y.
lunes, 1 de noviembre de 2010
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