viernes, 25 de mayo de 2012

A entonces B, B entonces...

Sabía en una época que los sueños sólo reflejaban cierto deseo subconsciente, imposibles. Después uno se da cuenta de que lo imposible no es irreal. Después uno se da cuenta de que lo que uno sueña es real. Después uno se da cuenta de que lo que uno vive es lo posible y que lo posible no siempre es real. Después uno se da cuenta de que vive en lo irreal, y el sueño termina devolviéndolo a uno a lo real y estar despierto no es más que una mentira bien armada. Entonces los sueños son imposibles reales, y la vida es posibilidad irreal. 

miércoles, 23 de mayo de 2012

Causualidad.

La forma inconexa en la que funciona mi mente, o no sólo mi mente, mi ser, a veces me preocupa, a veces no. Por lo menos la mayoría del tiempo me produce curiosidad. No soy un gran fanático de la causa y el efecto pero sí entiendo que este universo tiende a funcionar de esa manera. El problema es qué estímulo produce qué respuesta. Qué te vuelve un loco, qué no. Ojo, nada contra los locos. Simplemente es que aun no he llegado al grado de valentía de asumirme como tal, por lo que me limito a sufrir un poco con la lógica, o la falta de lógica de las cosas. Sigo sufriendo eso de desear algo y conseguir otra cosa, o bien nada. Pero en esa estamos todos, no voy a mariconear con eso. Aun así es llamativo, porque así es que sueño cosas horribles y me levanto y no se me pasa por la cabeza pensar que eso que tuve fue una pesadilla. Porque así es que si me duele la cabeza no se me ocurre pensar que demasiadas horas leyendo pueden producir eso. Porque así es que si me angustio no se me ocurre pensar que no hay nada superado. Ese es el día a día que se me plantea. Un día a día de sucesos que no tienen ninguna relación con los sucesos subsecuentes, y viceversa. Y es que mejor perder la costumbre de ver causas y consecuencias en todos lados, porque  a veces uno quiere poner en práctica su poder de acción ante la maravillosa causalidad del universo y exagera, y no siempre, por no decir nunca en mi caso, lo que funcionó la última vez puede andar de nuevo.

domingo, 13 de mayo de 2012

Mientras te veo, esto:

Tu mirada es un orgasmo. Pero no de esos orgasmos vacíos. Cuando uno... cuando yo te miro, no cojo sino que realmente me paso, me voy. Tu mirada penetra raro. No es ese placer vacío de la masturbación, no es esa pequeña explosión, compresión, expansión. Es lacerante, es luz blanca. Penetra fácil, casi imposible de contener, porque es simple, es eso, es lo que veo. No hay tamiz entre tu mirada y el centro de mi pecho, es como no usar protección. Sí, mirarte es una situación de riesgo porque mirarte es como coger sin forro, a riesgo de quedar infectado, a riesgo de volverme adicto, como si tu mirada fuera un gualicho. La razón principal por la cual no puedo parar de hacer el amor con tu mirada es que esta penetra sin fuerza, es decir, no penetra, está ahí, se cruza conmigo y de repente ya está adentro. Siempre ya adentro. Por eso todo es duda, una especie de afición a lo imposible, como si no desearas mi deseo. Sólo es una mirada. A veces... no, todo el tiempo, quiero que tu mirada sea todo lo que creo que es.