viernes, 9 de julio de 2010

Sobre aquella tarde de verano.

... pero por sobre todas las cosas no he de olvidar esa tarde de verano en la cual definiste la música, de la mano del Pequeño Larousse Ilustrado, con una carga de significado que iba más allá de sus acepciones. Sí, fue mucho más allá porque la bilabial dejó de ser de dos labios, porque nos dedicamos aplicadamente a recorrer los diferentes puntos de articulación en la boca del otro, porque saboreamos cada palabra de esa maravillosa entrada de diccionario, y cada una fue única, irreemplaza, irreproducible. Y no hubo más sonido que el de nuestras lenguas buscandose, y recuerdo que no solíamos cantar muy bien, pero esa... esa fue una canción que todavía no olvido, que todavía resuena en mi. Alguno diran que no fue música, otros que no sabemos cantar, pero mi cuerpo no recuerda melodía más bella.

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