sábado, 9 de octubre de 2010

Siendo sorpresado.

Rítmica insolente esa, la de mi cuerpo, cuando no sabe lo que está haciendo, cuando cambia, cuando aparece lo desconocido ante él, cuando... (suena el timbre en la mitad de la noche)

Y mi corazón estallaba, el muy estúpido, por lo que era cualquier cosa menos Vos.


4 comentarios:

  1. O quizá estemos aterrados porque sabemos que, quizá, ese sentimiento se quede ahí.

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  2. No soy el más indicado para firmar acá, pero creo que en realidad esos timbres que suenan en la mitad de la noche ayudan... Y después de varios timbres y de ser sorpresado una y otra vez, llega el momento en que desaparece la mayúscula y ese pronombre vuelve a ser igual que los otros. Y así uno empieza a entenderse más y el corazón deja de ser estúpido, al menos hasta que apareza otra mayúscula.

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  3. Me encantaría dejar de emocionarme cuando suena el timbre y a la par... Irónicamente, hace mucho que no siento eso con ni por, nadie.

    (Da para que cante You can ring my belll elll ell, ring my bell! Pero sería poco serio)

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