viernes, 21 de agosto de 2009

Mi ejemplo al llegar.


Siempre la veo moviéndose de un lado para el otro y a veces creo que está totalmente loca pero en algún punto sé que siempre tiene algo que hacer. Es como si viviera la vida sin ningun tipo de plan y sin embargo siempre parece que estuviera llena de sentido. A veces veo que hace cosas y me entra la duda sobre lo que está buscando. Veo en sus ojos algo que me resulta familiar en mi y en muchos seres humanos cuando estamos entretenidos con algo, cuando se nos pone una idea fija en la cabeza y no hay golpe suficientemente fuerte que nos haga salir de eso. Y de vez en cuando se acuerda de mi y me habla (a su manera) y me dice lo que mucha gente no sabe decir "Te necesito para ésto, pero sólo para ésto" y yo sé que sería una imprudencia llegar más allá y comprometer su libertad; no me lo ha pedido. Y lo lindo de esto, lo que me genera placer cuando llego a mi casa y la veo tomando sol o sentada en la ventana espectante es que no me importa que sea feliz (incluso la puedo ver enojada mauyandole a algún gato vecino), me importa que sea libre, proque es lo que me recuerda cada día cuando llego a casa que nada es lo suficientemente malo como para evitarme continuar, que libertad no es estar libre de presiones, que libertad es poder seguir decidiendo e imponiendole nuestras reglas a la estructura en la que vivimos.

2 comentarios:

  1. Ayer estuve hablando bastante sobre gatos, la personalidad que tienen -cada uno, bah-, y el trato con nosotros.

    Y, sí. Siempre me gustó esa independencia que tienen. Si bien me gustan un poco los perros, prefiero mil veces contemplar lo que vos describiste, a sentir besos y babas en mi cara.

    Pero es solo una cuestión de preferencias.

    <3

    Besote.

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