viernes, 11 de abril de 2014

Difícil.

La soledad del calabozo o caminar por la cornisa. Su vida no tiene un termino medio. Es la muerte en vida o vivir hasta morir. No hay nada en el medio, no hay gradación, escalas, posiciones intermedias: o lo es todo o no es nada. No se le presenta ese amor gentil que un día le agarra una mano, otro le da un beso, otro lo encuentra despierto al lado de él, no. Sus amores son un "amame hasta volverte loco" o "volvete loco por no poder amarme". ¿El acto siguiente debería ser el de resignación? Resignación a amar y desintegrarse por el desgaste de la vida al límite o resignación al vacío y pudrirse por lo estanco de un amor que lo único que proponga sea la linealidad. Esto tiene que ser difícil, eso es todo lo que sé. Para él tiene que ser difícil. No es una suposición: estoy diciendo que tiene que ser difícil porque si no es difícil la salida, la elección va a ser siempre insignificante, sin significado, una dádiva, una mentira y parece que vivir en una mentira es lo único que él no puede decidir. Y no digo que no quiera, digo que de alguna manera odiosa y gloriosa al mismo tiempo jamás se presenta como opción.

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